Título: Looking for Alaska
Autor: John Green
Editorial (en inglés): Harper Collins
Género: Ficción contemporánea
Saga: No
Páginas: 263
Año publicación: 2005
De todos los nombres que existen en el mundo, Alaska tuvo que elegir, como regalo de su decimosexto cumpleaños, uno que le recordara que existen ciudades lejos de Alabama donde se puede huir de los errores del pasado. Y es que Alaska Young es divertida, inteligente y dolorosamente preciosa, aunque con un centenar de problemas que la hacen emocionalmente inestable pero al mismo tiempo fascinante.
Miles Halter, buscando el "gran quizás" que convierta su vida en una montaña rusa de momentos inolvidables, se encuentra con este torbellino en el internado donde decide pasar sus años de secundaria y es allí donde forman una curiosa amistad junto con Colonel y Takumi, dos grandes amigos con personalidades peculiares y corazones que no les caben en el pecho.
Pero aunque Miles no pueda evitar enamorarse perdidamente de la inalcanzable Alaska, esto no es una historia de amor, sino una historia sobre la pérdida y el dolor de querer incondicionalmente a alguien que no quiere salvarse. Y así, cuando la tragedia llega al internado, nuestro protagonista intentará descubrir el misterio con nombre de ciudad más grande que encontrará jamás. Y nunca nada volverá a ser lo mismo.
Personalmente creo que John Green crea arte con cada combinación de palabras que escribe y nunca seré completamente feliz hasta que me lea cada libro que haya publicado. Sin embargo, esto no quiere decir que todos sean equitativamente parecidos con respecto a la trama o su calidad y, en este caso, el libro no ha resultado ser tan bueno como creía que sería cuando abrí sus primeras páginas. La historia engancha, pero no a los niveles de Bajo la misma estrella o Ciudades de Papel y durante toda la novela no pude evitar acordarme de Margo Roth Spiegelman, protagonista de otra de sus novelas que no destacaba por su madurez y cordura. Así, aunque la trama me parezca interesante, los personajes bien desarrollados y el misterio bien guardado hasta el final, no me ha resultado tan impactante ni original.
El principal problema son los personajes: adolescentes alocados, inmaduros y dudosamente inocentes que se pasan los días de colegio bebiendo y fumando como si les fuera la vida en ello. Todos somos atrevidos de jóvenes, pero estoy un poco harta del estereotipo de adolescente que fuma porque realmente cree que aumentará su estatus social y que necesita beber ingentes cantidades de alcohol para superar su timidez. Si John Green se hubiera detenido un poco más en la personalidades de sus personajes masculinos en vez de centrarse únicamente en Alaska (la que tampoco destaca por su estabilidad emocional), me hubiera sentido mucho más identificada con la historia. Tampoco hubiera estado nada mal descubrir más cosas sobre Lara.
Sin embargo, hay párrafos con discusiones filosóficas en las que incluso se tocan temas de religión que no pasan desapercibidos de la fuerza que tienen, porque claro, ese es uno de los puntos fuertes del autor. Tanto la redacción del final como algunas frases dichas por Alaska o las reflexiones de cierto profesor junto con la manía del protagonista de aprenderse las últimas palabras de cada persona célebre hicieron que se me encogiera el estómago y pasara algunas noches de insomnio reflexionando sobre su sentido. Porque a veces necesitamos que nos digan verdades impactantes que revelen la realidad más cruda de todas para que nos demos cuenta de que estamos vivos.
El libro también presenta ironía y un lenguaje coloquial que representa a la perfección el acento sureño norteamericano, por lo que algunas carcajadas están aseguradas. Y, finalmente, sólo me queda añadir que es una lectura que recomiendo para todos los fans de John Green (aunque no esté todavía traducida al español) y yo le doy una puntuación de 3.5/ 4 puntos sobre una puntuación máxima de 5 estrellas no porque no merezca la pena, sino porque es muy difícil estar a la altura de otros de sus libros y porque cada persona tenemos ciertas historias que nos llegan más que otras sin entender el por qué.